
Un verdadero retiro espiritual y una conexión con la madre tierra se respira en el monte Roraima a 2810 metros de altura sobre el nivel del mar. Considerada una de las formaciones geológicas más antigua de la tierra, este rincón del planeta, en el Parque Nacional Canaima de Venezuela, es el destino perfecto para aquellos aventureros, y los que no lo sean tanto, que busquen un respiro puro y natural.

Conocido por muchos como “El mundo perdido” gracias a Arthur Conan Doyle, este paraíso ancestral, ubicado en “La Gran Sabana” del estado Bolívar, alberga más de 50 tepuyes, entre los que destacan el Auyantepui y el Roraima.
Esta enorme formación de arenisca, alberga una flora y fauna bastante peculiar que algunos aseguran única, como es el caso de la Mariposa Negra del Roraima. Además, posee numerosas caídas de agua que desembocan sobre la zona boscosa a sus pies y posteriormente a los ríos Orinoco, Esequibo y Amazonas.
Lo más extraordinario de este cerro es “la fosa” en su cima, un abismo lleno agua entre la roca del tepuy, a la que los más intrépidos acceden a bañarse de una zambullida. Además, esta montaña reparte su ubicación con tres países, Venezuela, Guyana Esequiba (zona actualmente en reclamación) y Brasil.
Un retiro espiritual

El Roraima cuenta con una formación abundante en piedras de cuarzo, con piscinas naturales de agua que incluyen islas de vegetación exuberantes entre ellas. Y aunque esta montaña en forma de meseta con altas paredes verticales, es preferida de los escaladores, también se accede a ella contratando un viaje en helicóptero desde Santa Elena de Uairén, para pozarse sobre el cerro o para sobre volarlo, y como quiera que sea, el paisaje es sobre cogedor e inolvidable.
De cualquier forma no hay que ser escalador profesional para llegar a su cima y disfrutar en el camino de una vegetación única y esplendorosa, llena de árboles, líquenes, orquídeas y helechos creciendo en sus paredes.
La lección del Roraima

Este paraíso terrenal data de más de dos mil millones de años, y con su especies endémicas nos recuerda que a pesar de la hostilidad que pueda haber en su meseta, es posible que reinen organismos únicos capaces de adaptarse a las constantes lluvias, vientos y tormentas; habilidad solo conseguida por paso el tiempo.
Si buscas un lugar pacífico y alejado del caos de ciudad, el cerro Roraima, Patrimonio de Humanidad declarado por la UNESCO, es el indicado para pasar unos días de excursión renovadores. Y si no, pues seguramente este es uno de esos 100 lugares que no puedes dejar de visitar antes de morir.